Habrán oído decir muchas veces aquello de
que la realidad supera a la ficción. En el caso que voy a relatarles, cuanto
menos la iguala. Y es que estamos ante una de las mayores serendipias de la
historia de la humanidad. Parece ser que las grandes coincidencias y las catástrofes
marinas son íntimas compañeras de viaje.
Un claro
ejemplo de ello, son los hechos acaecidos en el estrecho de Menay, en la costa
de Gales, donde, por tres veces, un naufragio terminó con un único superviviente
y, en las tres ocasiones, el afortunado resultó llamarse Hugh Williams. No
olviden consultar la lista de pasajeros antes de atravesar dicho estrecho, y en
el caso de haber alguien registrado con ese nombre entre el pasaje, mejor quédense
en tierra.
En 1974 se publicó una carta de un lector
llamado Nigel Parker en The Sunday Times acerca de otra terrible coincidencia
acaecida en el mar. En este caso la acción se situaba en el Atlántico Sur.
En 1884 el yate
Mignotte zarpó de Southampton con cuatro
tripulantes a bordo con rumbo a Sidney. Después de agotar todos los víveres y de
errar por el mar hasta caer en la desesperación, los náufragos tomaron la
decisión de sacrificar a uno de ellos para que sirviera de alimento a los
demás. El hombre elegido resultó ser un grumete llamado Richard Parker.
Nigel Parker
había descubierto una increíble coincidencia con una de las obras de Poe, Las
aventuras de Arthur Gordon Pym, publicada en 1837, cuarenta y siete años antes
de que se produjera la terrible travesía hacia Sidney.
En esta, su
única novela, Allan Poe nos narra la historia del naufragio de un barco en el
Atlántico Sur, del que sólo sobreviven cuatro personas. Desesperados por el
hambre, toman la decisión de matar a uno de ellos para que sirva de alimento a
los demás. Lo echan a suertes y el elegido resulta ser el cocinero, un tal
Richard Parker.
“Cuando
todos nos hubimos tranquilizado, nos pusimos a mirar la nave que se alejaba,
hasta que se perdió de vista. El tiempo empeoraba y soplaba un ligero viento.
En el preciso momento en que el buque desapareció en el horizonte, Parker se
volvió hacia mí con una expresión en la cara que me dio escalofríos. Tenía un
aire de seguridad y entereza que nunca le había observado. Antes de que
despegara los labios, yo tenía el pálpito de lo que iba a decirme. En una
palabra, insinuó que uno de nosotros debía morir con el fin de salvar a los
demás.”
Para escribir esta novela, Poe se había
inspirado en un marinero llamado Richard Parker, quien también había tenido un
final de lo más violento. En 1797 este Richard Parker había sido uno de los
cabecillas de un motín en un buque llamado Nore, lo cual le acarreó una
sentencia de muerte en la horca.
Pero parece que
el nombre de Richard Parker ha dejado una huella imborrable en nuestra cultura
y se resiste a desaparecer, en 2001 Yann Maretel escribió una novela titulada
La Vida de Pi, que más tarde sería llevada a la gran pantalla, en la que un
joven y un tigre quedan como náufragos en el mar. El tigre recibió el nombre de
Richard Parker.
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