El poema narrativo El cuervo es uno de los más famosos de todos los tiempos. Fue publicado el 29 de enero de 1845 en el diario New York Evening Mirror. Fue la obra que otorgó reconocimiento internacional a Edgar Allan Poe.
Su objetivo era escribir algo que «satisficiera al mismo tiempo el gusto popular y el gusto crítico».
Contrario a la creencia de que una gran obra puede ser creada «por una especie de frenesí», ésta fue desarrollada siguiendo «la misma precisión y lógica de un problema matemático». Así, Poe piensa minuciosamente cada elemento que incluirá en el poema. El tono melancólico, por ser «el más idóneo de todos los tonos poéticos» fue el elegido, y «¿cuál es el tema más melancólico que existe?, pues la muerte, siendo la muerte de una mujer hermosa el tema más poético del mundo». Con estos elementos desarrolla un texto supremo en melancolía y belleza.
Del mismo modo en que el estribillo se utiliza en las canciones, muchos escritores lo usan en sus relatos para provocar un placer «mediante la monotonía del sonido y el pensamiento». Para ello, Poe elige la repetición de la palabra nevermore (nunca más).
Por carecer de sentido que dicha repetición provenga de una persona racional, elige para tal tarea un cuervo, por ser la única ave capaz de hablar además de los loros. Pero claro, el cuervo resulta «infinitamente más acorde al tono deseado» que un loro con un plumaje lleno de colores. Se ha sugerido que un búho pudo haber sido otra buena opción, a pesar de que no hablan.
Poe elige además un cuervo en honor a un personaje de la novela Barnaby Rudge, de Charles Dickens: Grip, un cuervo que habla. En 1842 ambos autores se conocieron en Filadelfia y entonces Poe se enteró de que Grip era el nombre de un cuervo real, mascota de Dickens. El escritor finalmente hizo disecar a ese pájaro y éste aún se conserva en la Biblioteca Pública de Filadelfia. Dos años antes del encuentro, Poe había escrito una crítica sobre aquella obra en la que aparece Grip y que, según él, éste carecía de la carga simbólica que dicho pájaro podría representar. Poe convierte a su cuervo en la voz de la razón del protagonista, una voz que le da las respuestas que él ya sabe pero que no quiere aceptar. Tal vez imaginario, tal vez real, esta ave lo termina llevando progresivamente hacia la locura, y esto se desarrolla con maestría a lo largo del poema.
Lo entrecomillado es de Edgar Allan Poe.
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